Ave del Paraíso tiene su origen en la bodega familiar, construida a finales de los años 70, y que tradicionalmente fue el escenario para la elaboración artesanal de vino. Con mucho esfuerzo y dedicación hemos conseguido volver a darle vida a su tierra y convertir parte de la antigua propiedad en una microdestilería con encanto.
Esos jardines, que en sus inicios estaban ahogados en un mar de malas hierbas, se han convertido en un lugar óptimo para la cosecha y recolección de los botánicos más característicos con los que elaboramos los diversos destilados. Por otra parte, el espacio que la antigua bodega tenía habilitado como cocina, se ha ido transformando en un laboratorio. Para ello, fuimos instalando con mucho tiempo y esfuerzo diferentes aparatos que se hacían necesarios para la producción de los destilados.